Presidieron la reunión el titular licenciado Daniel Lesteime junto con la Coordinadora del Programa “La Alfabetización Independiza” profesora Lisa Monje, asistiendo voluntarios que trabajan en zonas como Puerto Boca, El Basural, San Ramón, Matadero, Sarmiento, Paraje Maruchas, El Remanso, Puerto Viejo de Lavalle, entre otros.
En la oportunidad, cada alfabetizador dio un pormenorizado informe de la situación en cada lugar donde desempeñan su noble tarea, con detalles conmovedores que irán a formar parte de un registro de experiencias de campo que pueden servir en el futuro de referencia técnica o simplemente pueden transformarse en un elemento especular que refleje una realidad desconocida por la mayoría de los habitantes.
En efecto, hay todavía muchísimas personas de distintas edades que, por situaciones de la vida para decirlo rápidamente, no accedieron a la elemental formación de leer y escribir, lo cual borronea su perfil de identidad y obstaculiza su paso por el mundo.
Los alfabetizadores se encuentran con casos sorprendentes por lo cual deben emplearse a fondo creativamente para solucionar la demanda y poder avanzar muy lentamente a veces al objetivo. Pero también es cierto, cada avance es para el docente como para el alfabetizando un paso gigantesco que al mismo tiempo satisface y sensibiliza.
La ronda de versiones vivenciales pasará a convertirse en un catálogo de historias individuales con huellas de inefabilidad y de ternura.
Estas características, hacen que este trabajo de alfabetización pueda ser considerado como lo más difícil y a la vez lo más desafiante para los responsables y actores de este Programa de la citada Dirección municipal, en tiempos simultáneos de alta tecnología y de ocios hedonísticos.
En esta paradoja de encuentros y desencuentros, para un cronista informal de época, esta experiencia alfabetizadora, a la luz de lo escuchado, es posible se constituya en la noticia más impactante del año municipal.
Que un analfabeto de Goya o de Lavalle, o de donde sea, pueda por primera vez en su vida escribir su nombre o un “Feliz Día Mamá”, justifica cualquier sacrificio o todos los esfuerzos.
También se desprende de los informes que hay una situación social condicionante que en muchos casos excede las capacidades del Programa pero ,es bueno también decirlo, se toma debida nota para tratar de articular aproximaciones al problema con otras dependencias estatales para solucionar algún tema puntual en el presente o programar algún avance para el futuro inmediato.
La Dirección de Educación comprometió todo su empeño en sostener este emprendimiento y a medida que se transita por este camino se van pensando nuevas alternativas para equilibrar fortalezas y debilidades, desde lo institucional estatal, desde lo organizativo programático, y desde lo humano testimonial.
Simples detalles como una empresa panificadora que otorga semanalmente una partida de facturas que son virtualmente “devoradas” por los niños y adultos antes de los encuentros de alfabetización, desnudan situaciones que van más allá de los conflictos políticos o de las palabras sin significado profundo.
Es muy evidente que esto demuestra que falta mucho por hacer pero reconforta saber que hay docentes goyanos que se han arremangado para salvar muchas vidas del silencio, de la exclusión, del maltrato, de la miseria y del olvido.
