Como sabemos EMSA arrastra un déficit de 500 millones de pesos reconocido por su propio presidente. Este domingo en declaraciones en el diario el territorio el flamante presidente manifestó que la solución sería despedir personal para disminuir su déficit. Ferreyra pareciera querer ajustar siempre por los más débiles haciendo pagar los platos rotos a los empleados y a los usuarios por su malversación de fondos y su incapacidad para gestionar un monopolio de provisión eléctrica.

En esta serie de improvisaciones entre el ministro Safran y Ferreyra de querer tapar el sol con la mano, reafirmaron las marchas de protestas en contra del tarifazo.

Asimismo, los abusos en la facturación parecen una broma de mal gusto y evidencian el desconocimiento del impacto económico que genera. En el que uno propone despidos y el otro propone financiar la factura endeudando al usuario. Todo esto hace una combinación perfecta para fundir a los usuarios, quebrar las empresas, alimentar la inflación y aumentar el desempleo.

La quita del subsidio fue de un 48%, sin embargo, la prestataria aumentó sus tarifas un 300%, con el afán de recaudar más causaron un efecto inverso. Esto pareciera un error de principiante cuando todos vimos las boletas, pero no lo fue. Según un análisis propio en base a los datos que arroja EMSA "representa una pérdida irrecuperable de un 250% al usuario." Un golpe durísimo al bolsillo que el usuario no puede hacer frente de ninguna manera. 

En términos económicos, por más que fuera el único vendedor de energía eléctrica, tampoco puede cobrar un 300% más la factura, porque a ese precio nadie puede pagar. El monopolista, aunque no tenga competencia, tiene el límite de la demanda y el bolsillo de la gente; no puede poner el precio que se le cante, si lo que quiere es ganar rentabilidad y disminuir su déficit. Como vemos en el gráfico el monopolista debería cobrar 6 para maximizar sus beneficios y en este caso se pasó de rosca y cobró 10 ¨regla económica básica que SAFRAN Y FERREYRA parecen desconocer.¨

En resumen la factura de luz es impagable; una situación insostenible que en el corto plazo va a fundir a los usuarios y en el mediano plazo va a quebrar a la propia prestadora del servicio energético.

Por Federico Villagra. Economista