Internacional, Tuesday 7 de February de 2017

"Mi marido llegó hacia las 3 de la mañana y me ató las manos y los pies, le supliqué que no lo hiciera, pero no me escuchaba", cuenta Zarina

Zarina, una afgana de 23 años, llegó de emergencia al hospital debido a que su marido en un ataque de celos le cortó las orejas; con lágrimas y el rostro desencajado la afgana relata el el terrible suceso que la marcó de por vida.

"¿Por qué hizo eso? No rechacé ninguna de sus exigencias. Ni siquiera iba a ver a mi madre porque él decía: '¡Va a encontrar hombres!'", contó a la AFP.

Zarina de 23 años comenzó hace diez años la relación con el hombre que la atacó, luego que la obligaran a casarse con él cuando tenía solo 13 años. Desde entonces su vida estuvo bajo los deseos de un abusador y sádico que la martirizó y apartó de su familia, perpetrada en un distrito de la provincia de Balj, fronteriza con Ubezkistán.

"Mi marido llegó hacia las 3 de la mañana y me ató las manos y los pies, le supliqué que no lo hiciera, pero no me escuchaba", cuenta Zarina.

El hombre primero le dio una paliza, le cortó las dos orejas con un cuchillo afilado y luego se escapó.

Llegó a las 9:30 en un estado crítico, imagine la sangre que había perdido", cuenta el doctor Shafir Shayek, director del hospital.

Según un responsable del hospital, el marido es un consumidor de drogas, posiblemente de heroína, como suele suceder con los afganos que van a trabajar a Irán.

El hombre seguía prófugo, pero el portavoz del Gobierno de Balj, SherJan Durrani, afirmó: "Hemos abierto una investigación para detenerlo".

“Mi marido es un hombre muy celoso y en esta ocasión me acusó de hablar con hombres extraños cada vez que iba a visitar a mis padres”, a los que su cónyuge le había prohibido ver bajo ninguna circunstancia.

"Hemos perdido confianza en nuestro Gobierno, totalmente corrupto", dice Rahimi."Autores de crímenes similares fueron liberados en el pasado tras sobornar a la policía o al fiscal", acusó Rahimi.

Fuentes de la policía afgana en Balkh han asegurado que están llevado a cabo las pesquisas necesarias para capturar al marido de Zarina, que, desde el ataque se encuentra prófugo.

La víctima ha exigido que sea arrestado y juzgado por sus crímenes, además de expresar su deseo de divorciarse de él.

Sin embargo, la ley promulgada en 2014 por el parlamento afgano y que prohibe Cuestionar a Testigos Individuales está en contra de Zarina y todas las mujeres víctima de la violencia de género en Afganistán.

Ya que está diseñada para dejar que los hombres puedan llevar a cabo todo tipo de abusos sin temor a ser enjuiciados y, además, contribuye a perpetuar los asesinatos por honor, los matrimonios forzosos con menores y la violencia intrafamiliar.

Con información de AFP