Las fotos de la joven estudiante Kayla Filoon y su perro Russ dieron la vuelta al mundo a través de las redes. La historia ocurrió en Filadelfia, Estados Unidos, donde la universitaria trabaja además como voluntaria en un refugio para animales.

Allí conoció a Russ, un pitbull de cuatro años que había sido abandonado y al que se lo estaba por sacrificar. Según contó la propia joven, el animal estaba en mal estado, le faltaba el pelo en la cola, en las orejas y estaba muy flaco. "Pesaba la mitad de lo que debería: 18 kilos. Pero sus ojos brillaban", aseguró la muchacha.

Y fue esa ternura de Russ la que generó que Kayla decida llevarlo a dar un paseo. "Decidí que tenía que llevarlo a dar una vuelta. Pero me fui a buscar a otro perro para ver cuál era su reacción. Media hora después volví. Seguía en la misma posición. Sentado y esperándome", relató la mujer.

Tras el paseo, Kayla tomó la decisión, llamó a su mamá y le dijo que iba a adoptar un perro. "Mi mamá debió creer que era un chiste porque se lo digo todos los días desde el refugio. Pero ella no había visto a Russ y lo que había sucedido entre nosotros con sólo mirarnos".

Ya en su nuevo hogar, Russ volvió a mostrar todo su amor. "Una noche me senté a estudiar en el diván. Estaba todo el comedor vacío y la cucha de Russ impecable. Pero él vino al sillón como pidiendo permiso. Se paró delante de mí y cuando le dije que subiera se abrazó a mí", contó Kayla.