Internacional, Sunday 23 de April de 2017

Es la primera vez que votan en unas elecciones presidenciales bajo estado de emergencia, que entró en vigor desde los ataques yihadistas de 2015.

Francia afronta la primera vuelta de sus elecciones presidenciales más inciertas, con cuatro candidatos con opciones de pasar al balotaje, un alto índice de indecisos, y la sombra del terrorismo planeando sobre la decisión que marcará el futuro de Europa.

El liberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen, el conservador Francois Fillon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon parten, según los sondeos, con posibilidades de pasar a la segunda vuelta del próximo 7 de mayo entre los 11 aspirantes en carrera.

Los más de 66.500 colegios electorales habilitados abrieron a las 8.00 hora local y cerrarán a las 19 horas en la mayor parte del país y una hora más tarde en las ciudades más grandes.

La jornada electoral comenzó el sábado en los territorios franceses de ultramar en la Polinesia, el Caribe y también en las sedes diplomáticas de todo el mundo -incluida la Argentina- para que los franceses residentes en el extranjero puedan sufragar.

Más de 50.000 policías y gendarmes, apoyados por 7.000 soldados, fueron movilizados para proteger los comicios, que tienen lugar tres días después de un ataque que mató a un policía en los Campos Elíseos de París.

Se trata de la primera vez que Francia vota en unas elecciones presidenciales bajo estado de emergencia, que entró en vigor desde los ataques yihadista del 13 de noviembre de 2015.

Están llamados a votar 45,67 millones de electores, cuya decisión mantiene en vilo a Europa y al mundo, ya que lo que está en juego el futuro de la segunda mayor economía del euro.

La elección trasciende a Francia, porque dependiendo de a quién otorguen su confianza los franceses estarán apostando por mantener más o menos igual el actual modelo liberal, profundizarlo, o cambiar radicalmente hacia un repliegue proteccionista o refundar todo el proyecto de la Unión Europea (UE).

Por vez primera los dos grandes partidos que dominaron la política francesa en los últimos 40 años, los conservadores -Los Republicanos de Fillon- y el Partido Socialista (PS), que lleva como candidato a Benoit Hamon, no son los favoritos en los sondeos.