Nacional, Saturday 16 de June de 2018

El albañil, que vive en Berazategui, Buenos Aires, se anotó en un curso de alfabetización y se esforzó los últimos seis meses para aprender. 

Nunca es tarde para aprender. Con esas palabras retumbándole en la cabeza, el albañil Miguel Ángel Chaparro (42) se anotó en un curso de alfabetización en la localidad de Berazategui, Buenos Aires, para aprender a leer y escribir.

Su motivación fue el mundial y saber todo de la Selección Argentina, aunque sabe que ese aprendizaje que logró lo ayudará el resto de su vida.

Según publicó el diario Clarín, el hombre tuvo que abandonar la escuela de pequeño y salir a trabajar junto a su padre. Con el pasar de los años nunca más estudió y la motivación del mundial hizo que se inscribiera en un taller para aprender.

Pero su historia de superación también contagio a su familia. “Mi mamá también se animó y empezó a estudiar conmigo. Nos hace muy feliz porque realmente nos cambia la vida”, detalló.

Familia numerosa

Chaparro tiene 12 hermanos. Él y otros seis continúan viviendo en la casa de su madre, en Berazategui. “Mi familia está muy contenta porque me decidí a estudiar. Dicen que con esto voy a poder salir adelante y que me abre muchas puertas”, contó.

Además de su amor por la Selección, es hincha fanático Boca. “Quería aprender a leer, fundamentalmente por la información deportiva. Antes miraba los diarios por los futbolistas que aparecían e interpretaba las cosas por las imágenes. Lo veía a Riquelme y Tévez, pero salían notas que no podía leer porque me costaba un montón.

Sobre su experiencia en el taller, el hombre reflexionó: “Las profesoras me tuvieron mucha paciencia, me sentí contenido. De a poco aprendí nuevas letras, números, resolví cuentas, cosas que no sabía y que en un momento de mi vida pensé que nunca las haría” y añadió: “Me siento bien, contento porque ahora tengo más autonomía. Antes firmaba algo que no sabía o cuando iba a votar me dejaba llevar por las fotos. Los carteles de la calle, todo está escrito. Me cambió en todos los sentidos”.

Fuente Clarin