Internacional, Tuesday 24 de September de 2019

Kristine Barnett, la madre adoptiva, habló y contó la pesadilla que vivieron tras la adopción de quien creían era una nena. Están acusados de abandono.

 

La familia vivía en Indiana, Estados Unidos y en el 2010 decidieron adoptar a una, supuestamente, nena de 6 años quien padece de enanismo.

Adopción

Todo comenzó en el 2010. Para Kristine Barnett en ese momento su vida en familia era perfecta: un matrimonio feliz, una economía solvente y de tres hijos que la hacían sentir orgullosa. El mayor de ellos, que nació con autismo, empezó a destacar a corta edad en matemáticas, y se convirtió en un niño prodigio.

Con todo lo bueno que la rodeaba; Kristine quería ampliar la familia, pero su sueño se truncó cuando el médico le dijo que no podría tener más hijos.

Aferrada a su ilusión de volver a ser madre, Kristine decidió adoptar y su esposo, Michael, la apoyó en todo.

Así fue que viajaron a Florida para firmar los documentos de una adopción de urgencia. Un centro de adopción les informó de una menor ucraniana, que padecía enanismo, pero que sus anteriores padres adoptivos la habían devuelto por problemas, pero sin explicarles los mismos.

Así fue que adoptaron a Natalia de seis años.

Pero esa fue una decisión que les cambió la vida.

El matrimonio ilusionado viajó a Florida para recoger a la pequeña. No sabían que la decisión de aquel día les llevaría a ser detenidos nueve años después.

Kristine contó a DailyMailTV, entre lágrimas y afectada por todo sufrido, cómo vivió aquellos días.

Cuando la familia Barnett regresó de Florida a su casa de Indiana, Kristine metió a la pequeña en la bañera. Contó que esa fue la primera vez que se dio cuenta de que había sido víctima de un fraude.

“Le estaba dando el baño y me di cuenta de que tenía vello púbico. Me quedé en shock. Me habían dicho que tenía seis años y era muy evidente que no tenía esa edad”, relató la acusada.

 

Médicos expertos y varios exámenes determinaron la edad que tenía. Todos los informes solicitados por el matrimonio concluyeron que la niña ukraniana era en realidad una adolescente.

“Los medios de comunicación me están tachando de abusadora infantil pero no hay ningún niño aquí. Natalia era una mujer. Tenía la regla. Dientes de adulto. Nunca creció ni un centímetro, algo que puede ocurrir incluso con niños con enanismo. Todos los doctores confirmaron que padecía enfermedades psicológicas graves que sólo se diagnostican en adultos", explicó.

Su vocabulario, sus expresiones, y su comportamiento también hacían indicar que Natalia era mucho mayor de lo que creían. Pero no todo se redujo a una estafa en el certificado de nacimiento. Kristine Barnett relató que su hija adoptiva sufría una sociopatía que les asustó, y les impidió durante mucho tiempo dormir por las noches.

 “Ella hizo declaraciones y pintó dibujos en los que decía que quería matar a los miembros de la familia, envolverlos en una sábana y ponerlos en el jardín trasero. Se quedaba de pie junto a nosotros en medio de la noche. No se podía dormir. Tuvimos que esconder todos los objetos punzantes. La vi poner químicos, lejía o algo así en mi café y le pregunté, ‘¿Qué estás haciendo?’ Me dijo: ‘Estoy intentando envenenarte’”.

En 2011, Natalia comenzó a escuchar voces y a pintar los espejos con sangre. En 2012 los Barnett la llevaron a un centro psiquiátrico, donde un terapeuta les aseguró que Natalia le había confesado que no tenía 9 años, sino 18. El Daily Mail tuvo acceso a los documentos médicos oficiales que confirman esto.

El psicólogo Andrew McLaren añadió en marzo de 2018 que la fecha de nacimiento de Natalia era errónea, y que la joven ukraniana se había dedicado a estafar familias durante años, según otro informe que mostró Kristine Barnett durante la entrevista.

Por los problemas de salud mental que presentaba la pequeña, el matrimonio solicitó a un tribunal corregir su certificado de nacimiento, para que pudiera ser tratada como un adulto. Su edad, dijo Barnett, había sido claramente alterada desde Ukrania para favorecer la adopción.

En 2012, la Corte Superior del Condado de Marion, en Indianápolis, concluyó que Natalia nació en realidad en 1989, basándose en evidencias médicas.

En el 2013 la pareja se mudó a Canadá con sus hijos biológicos y dejó a la hija adoptiva en un departamento de Lafayette. Pagaban el alquiler del inmueble, pero no costeaban el resto de los gastos. En 2014, la policía acudió a desahuciar al inquilino de la vivienda por falta de pago y encontraron dentro a la niña, que les aseguró que tenía nueve años y que sus padres adoptivos la habían abandonado.

Informes médicos presentados por la policía, basados en la densidad ósea, aseguran que Natalia era una niña cuando los Barnett se marcharon a Canadá. Así lo defendió también el Departamento del Sheriff del Condado de Tippecanoe.

El pasado 19 de septiembre se emitió una orden de arresto contra el matrimonio, que fue acusado de abandono infantil. Los dos se encuentran en libertad al abonar una fianza de USD 5.000. El 24 de septiembre deberán presentarse en la primera audiencia en la Corte Superior de Tippecanoe, en Lafayette.