En primer lugar, resulta importante entender el significado de “Soberanía Nacional” como el poder supremo que le corresponde al pueblo, de quien emanan todos los poderes del Estado y el cual no está sometido al control de otra nación.
Ahora bien, ¿por qué celebramos este día? Para responder este interrogante, debemos retrotraernos al bloqueo anglo-francés que sufrió el Río de la Plata en épocas de la Confederación Argentina (1845-1850). El conflicto se originó cuando Inglaterra y Francia decidieron interferir en la guerra civil de Uruguay, en la cual Buenos Aires también estuvo involucrada. Cabe mencionar que la intención de “pacificar” de estos dos países europeos era una excusa para liberar el comercio e instaurar la libre navegación de los ríos.
En ese contexto, la flota anglo-francesa remontó el río Paraná, en una expedición militar-comercial, con el objetivo de forzar la apertura de los puertos de Entre Ríos, Corrientes y Paraguay al comercio extranjero. No obstante, el 20 de noviembre de 1845, el General Lucio Mansilla instaló baterías y dispuso 24 lanchones encadenados entre sí, a fin de dificultar el paso de las naves. Además, atacó a la flota desde la orilla. Esa envestida se denominó “Combate de Vuelta de Obligado” (paso estrecho cerca de la localidad bonaerense de San Pedro).
Mansilla y sus valientes soldados presentaron una dura lucha a pesar de haber estado en inferioridad de condiciones. Sin embargo, la escuadra extranjera cortó las cadenas y se abrió paso, pero su operación comercial resultó un fracaso para las potencias, no solo por las pérdidas ocasionadas sino por la poca simpatía de los ribereños y por la poca capacidad adquisitiva de los demás puertos.
Es interesante resignificar este acontecimiento histórico ya que representó la lucha por la soberanía nacional y demostró el patriotismo al enfrentar a la flota de dos poderosas potencias.
Como muestra de esto, el almirante ingles Samuel Inglefield expresó: “Siento vivamente que este bizarro hecho de armas se haya logrado a costa de tal pérdida de vidas, pero considerada la fuerte oposición del enemigo y la obstinación con que fue defendida, debemos agradecer a la Divina Providencia que aquella no haya sido mayor”.
Para finalizar queremos citar al gran General don José de San Martín quien manifestó al respecto: “Ya sabía la acción de Obligado; ¡qué inequidad! De todos modos los interventores habrán visto por esta muestra que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca. A un tal proceder no nos queda otro partido que el de no mirar el porvenir y cumplir con el deber de hombres libres sea cual fuere la suerte que nos depare el destino, que en íntima convicción no sería un momento dudoso en nuestro favor si todos los argentinos se persuadiesen del deshonor que recaerá en nuestra patria si las naciones europeas triunfan en esta contienda que en mi opinión es de tanta trascendencia como la de nuestra emancipación de la España”.
Profesor Núñez Darío Andrés - Integrante de la Asociación Belgraniana de Goya.