Misiones, Tuesday 23 de March de 2021

Durante la Segunda Guerra Mundial, algunos gigantes del cine fueron a filmar documentales al frente de batalla. El documental de Netflix “Five Came Back” cuenta esta increíble historia

Hasta la década del 40, nadie imaginaría que al entrar a ver un film de Hollywood se encontraría con los campos de concentración nazi. Ni pensaría que las explosiones y los cadáveres en la pantalla en medio de una batalla pudieran ser de verdad. Hollywood era sinónimo el mejor cine y el mayor entretenimiento para todo el mundo. Las películas, filmadas casi en su totalidad dentro de los estudios, reconstruían el mundo, pero rara vez salían a filmar en él. Todo iba a cambiar gracias a cinco enormes realizadores que pusieron su vida en riesgo para mostrar el conflicto armado más grande de todos los tiempos.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos entró en guerra, los artistas con rangos militares se alistaron y la industria puso su foco en el esfuerzo de guerra. No fue el único cine que se hizo, pero sí una novedad para Hollywood. Entre los que decidieron formar parte, hubo puñado de realizadores se destacó particularmente. John Ford, Frank Capra, William Wyler, George Stevens y John Huston decidieron hacer documentales de propaganda para el gobierno de los Estados Unidos. Lo experiencia alteraría sus vidas y sus carreras de forma definitiva.

La docuserie de Netflix Five Came Back (2017) cuenta esa historia. Dirigida por el experto en documentales sobre cine Laurent Bouzereau y con un material de archivo de primer nivel, nos muestra la carrera previa de estos maestros del cine, su trabajo durante la guerra y su vida posterior. Para acompañar el relato cada una de las cinco historias hay un realizador actual que la explica. Así aparecen también Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Guillermo Del Toro, Lawrence Kasdan y Paul Greengrass. El ritmo y la claridad con la que se narra todo es apasionante y está a la altura de la increíble historia que cuenta. La voz en off que del documental es nada menos que de Meryl Streep. En el 2021, además, Netflix ordenó como si fuera una serie doce de los documentales que filmaron bajo el título de Five Came Back: The Reference Films.

Estos directores eran gigantes de Hollywood al momento de detener sus carreras y lanzarse a la aventura de filmar documentales. John Ford ya había ganado dos Oscars a mejor director, por El delator (1935) y Viñas de ira (1940). Cuando la guerra comenzó para los Estados Unidos lo esperaba un tercero por Qué verde era mi valle! (1941). Pero no solo eso, también había dirigido La diligencia (1939) y El joven Lincoln (1939), entre muchas otras. Era el número uno de la industria y su carrera estaba en su punto más alto. Aun así, no dudó y se fue a filmar al Pacífico. Su primera experiencia brutal fue nada menos que en la batalla de Midway, donde Ford no solo filmaría un documental moderno y rupturista en muchos aspectos, también sería herido por no aceptar refugiarse durante el fuego de los aviones enemigos sobre la isla. Ford prefirió filmar antes que protegerse.

Frank Capra no se quedaba atrás, había ganado tres Oscars también, por Lo que sucedió aquella noche (1934), El secreto de vivir (1936) y Vive como quieras (1938) y era otro rey de la industria. William Wyler era también un director prestigioso, con muchas nominaciones al Oscar y con un film que iba a hacer historia en 1942: Mrs. Miniver, la historia de una familia británica sufriendo los bombardeos nazis en la guerra. George Stevens era un especialista en comedias, un director brillante y taquillero con un toque especial para el humor. Como Ford y Capra, había comenzado su filmografía en el cine mudo, es decir que era uno de los creadores del lenguaje cinematográfico clásico junto con su generación. Y finalmente el más joven, John Huston, había generado un impacto en la industria con su ópera prima, El halcón maltés (1941). Huston también había escrito una película clave para el período: El sargento York (1941). Cinco directores clave, en su momento de mayor prestigio, dejaron todo para sumarse al esfuerzo de guerra.

Dijimos que Ford fue herido. William Wyler, que realizó poderosos documentales sobre la fuerza área, perdió casi la totalidad de audición en uno de sus documentales a bordo de aviones de combate. Wyler, que era judío, sobrevoló Alemania en plena batalla, formando parte de la tripulación del mítico Memphis Belle. Si lo hubieran derribado, y si sobrevivía, hubiera caído en territorio nazi y terminado en un campo de concentración. Esto era lo que se jugaban los directores. El documental muestra eso y también las tensiones con el gobierno y las fuerzas militares. Pedirle documentales de propaganda a cinco genios era un arma de doble filo. A su manera, los cinco cumplieron y se rebelaron al mismo tiempo. Algunos documentales, como Hágase la luz, de John Huston, recién se vieron años más tarde. Les pidieron que filmaran la guerra, pero lo que ellos vieron era más fuerte que cualquier cosa que alguien pudiera imaginar.

Stevens y Ford estuvieron en el desembarco de Normandía. Aunque no era la primera línea, pudieron ver y filmar la carnicería de las playas en el Día D. A Capra le tocó hacer los siete films de Por qué peleamos, donde también se encontró con duros límites y discursos que hoy asombran por lo que vino tras la guerra. Capra, con un ingenio absoluto, también realizó una serie de animación para los soldados. Dibujos animados para adultos, didácticos, picantes, graciosos. El cine era la única manera en la que los Estados Unidos y el mundo veía la guerra, lo que ellos registraron fue fundamental.

Los doce films que acompañan a este documental (filmaron más, solo doce están en Netflix) son piezas históricas de un valor incalculable. Films como Apocalypse Now (1979) o Rescatando al soldado Ryan (1998), por citar algunos, derivan de lo que en estos documentales se ve. También cambiaron la historia del documental en sí misma. A partir de estos cortos y largos, los premios Oscar incorporaron dos categorías que llegan hasta el día de hoy: Mejor cortometraje y largometraje documental.

Pero de los doce documentales hay uno que además de todo el valor mencionado, suma uno más: el haber sido una pieza clave en la historia del siglo XX. Campos de concentración nazi (1945) de George Stevens, de 59 minutos de duración, es uno de los films más importantes del género y tiene un valor extra: fue usado como prueba en los Juicios de Nuremberg, donde se juzgó a los principales responsables de los crímenes nazis.

George Stevens tuvo la tarea de llegar junto con los aliados a la liberación de muchos de los campos de exterminio. Lo que filmó allí cambió su vida para siempre y también la historia. Ver ese film es muy angustiante pero vale la pena. Todo el horror en imágenes que se conoce de los campos proviene de allí. Stevens no volvió a filmar nunca más una comedia en su vida. Five Came Back cuenta eso, entre muchas otras cosas. Por ese motivo es de verdad imperdible.