Misiones, Monday 16 de May de 2022

Las precipitaciones permitieron un crecimiento de los pastos y así garantizar la alimentación para los meses más fríos. Sin embargo, alertan por retrasos en la preñez y faltante de maíz

Las fuertes precipitaciones registradas en Misiones entre marzo y abril, que se caracterizaron por valores por encima de los promedios habituales para estos meses, impactaron en el sector ganadero con la recuperación de las pasturas, insumo clave para la alimentación de los animales.

Luego de afrontar un verano prácticamente seco y con altas temperaturas, las lluvias registradas trajeron un alivio para la actividad, sobre todo para el crecimiento de los pastos y así contar con el insumo para afrontar la temporada de invierno que arranca en breve, meses en los que las pasturas dejan de crecer y en muchos casos sufren los efectos de las heladas.

Con este panorama, la actividad ganadera en Misiones mantiene fuertes expectativas para sobrellevar el período junio-septiembre, que significa un ingreso al invierno completamente distinto al de 2020 y 2021, años en los que la temporada transcurrió con un importante déficit de pastos y de agua para los animales.

 

 

Sin embargo, productores ganaderos advierten que en esta oportunidad sí se sentirá el faltante de maíz, otro alimento fundamental para la hacienda, ya que entre enero y febrero, tiempos de siembra, no se pudo avanzar con la cosecha como consecuencia de la fuerte sequía. Al mismo tiempo, reconocen que hay una recuperación de los servicios, pero que los nacimientos se producirían recién hacia fin de año o incluso durante los primeros meses del 2023.

Recuperación paulatina

 

Marzo y abril fueron meses muy lluviosos sobre Misiones, con precipitaciones un 100% por encima de los valores mensuales en promedio. Esa cantidad de lluvias permitió una doble recuperación, tanto de los caudales de agua de los arroyos como de los pastos, justo en un período de mayor celeridad en el crecimiento de las pasturas en los campos misioneros.

 

Al respecto, el productor Roberto Comparín, administrador de la Cabaña Doña Magda, en Cerro Corá, señaló: “En Misiones tenemos buenos suelos y temperaturas y con los primeros chaparrones -que se registraron a principios de marzo-, los pastos crecieron y el suelo sintió lo que tanto estaba esperando, que eran las precipitaciones”, que permitieron el crecimiento de los pastos y también la recuperación de los arroyos.

 

En este sentido, indicó a El Territorio que “casi en general hay un excedente de pasturas”.

 

Luego, comentó que en medio de los meses más críticos del año de la sequía, entre enero y febrero, se debieron acelerar las ventas de los animales en el afán de evitar pérdidas ante la falta de insumos para la alimentación.

 

“Cuando sufrimos la crisis por la seca, se vendieron más animales para evitar que los animales se pierdan. Y ahora estamos entrando al invierno con buenos pastos, pero con pocas bocas para alimentar”, manifestó. Es que muchos productores debieron vender rápidamente las vacas y los toros por no contar con el suficiente pasto para dar de comer, ventas que se hicieron para evitar la mortalidad de los animales.

 

Con este panorama, “estamos bien esperando el invierno con cierta tranquilidad e inquietud también, pero también con mucha agua, aunque con menos animales comparado con años anteriores”, reiteró al respecto.

 

Por su parte, Gabriel Muzzachiodi, productor ganadero de la zona Sur de la tierra colorada, consideró que la recuperación fue heterogénea y que dependió de cómo cada colono afrontó la sequía y con la preparación de los pastos con las primeras precipitaciones que se registraron en el cierre del primer trimestre del año.

 

“La situación depende del campo y de las cargas que hicieron los productores sobre los campos, y también si se contaba con pasturas naturales, que son las que tienden a resistir más por la adaptación al tiempo”, explicó en diálogo a este matutino. Dependiendo del manejo, varió la capacidad del rebrote de los campos, aunque en términos generales hubo una recuperación.

 

“En principio, las lluvias fueron muy buenas y los pastos se recuperaron en la medida de lo posible, aunque eso no significa que no haya vestigios de la sequía, como por ejemplo ocurre con el maíz, que es otro producto clave y el extremo de la seca se dio justo en los meses de siembra. Y eso significa pérdidas. Pero un concepto general es que los pastos se recuperaron”, acentuó.

 

Luego, el productor detalló que desde ahora y hasta septiembre no se registrará un mayor de los pastos. Por ello, la recolección en estos tiempos es clave para afrontar al invierno que en las últimas dos horas fueron muy fuertes, provocando que los pastos se quemen casi en su totalidad, sumándose a la sequía generalizada a la que entró en Misiones a mediados del 2019.

 

“A partir de ahora es comer lo que está en el campo y ya no se recupera lo mismo, y hay que estar alerta porque en julio vienen las heladas y los otros alimentos para los animales están muy caros. Pero todo dependerá de qué crudeza haya en el invierno. Y, sobre todo, hay que recordar que hubo mucha venta de animales en los remates y para evitar que los animales estén afectados por la sequía. Por eso, es fundamental hacer previsiones”, dijo Muzzachiodi.

 

Retraso en el servicio

 

Para el arranque de servicio de los animales, contar con una buena alimentación es clave. Ante la falta de pasturas abundantes, mucha de la hacienda perdió peso y provocó una demora en la preñez de las vacas.

 

Sobre este punto, Comparín precisó que la temporada de servicio, que es habitual en marzo, se demoró y que recién los animales están haciendo tacto. “Está aceptable la preñez, pero habrá una baja porque hubo una demora en el servicio, ya que si el animal está mal alimentado, no entra en servicio”, dijo.

 

Por esta situación, el productor planteó que hacia fin de año se va a notar el faltante de nuevas cabezas de animales por la demora suscitada, a raíz de la falta de pastos entre enero y febrero.

 

“Ahora los animales se están poniendo bien y entrando con buena alimentación para el invierno, pero sí habrá animales que nacerían hacia fin de año o en los primeros meses del año que viene por esta situación en la demora de los servicios”, precisó.

 

Al mismo tiempo, Comparín enfatizó: “Hay que pasar el invierno y en estos tiempos tener una mayor ganancia con el peso y trabajar para tener más terneros. Para la ganancia en peso tenemos que tener pasto, con la posibilidad de que el animal gane entre 800 y 900 gramos por día por la alimentación”.

 

Preocupación en el sector por complicaciones con el maíz

 

Al igual que el pasto, el maíz es un producto muy importante en los campos misioneros para garantizar la alimentación de la hacienda. Sin embargo, como consecuencia directa de la sequía que azotó a la tierra colorada entre diciembre del año pasado y febrero de este 2022, advierten que habrá faltante de maíz y esto genera preocupación en la actividad.

 

“Justo también afectó a las reservas de invierno con el maíz, que pegó en el momento justo porque en los meses en los que se cosecha maíz, entre marzo y abril, no había prácticamente producción porque los cultivos quedaron prácticamente secos ya en el primer bimestre del año”, manifestó el productor Muzzachiodi.

 

Con ello, indicó que la temporada de invierno arrancará con faltante de maíz, otro insumo que se le otorga a los animales ante la falta de pastos, aunque dicho producto resulta más costoso y en los últimos meses su valor fue creciendo.

 

Sobre los costos del maíz, el productor Víctor Chamula recordó que “durante el verano vendimos hacienda para comprar alimentos y poder stockear en el invierno, pero son costos muy altos”.

 

El integrante de la Asociación Ganadera de Andresito marcó la diferencia en los costos de la tonelada de maíz en Misiones frente a otros distritos.

 

“En otras provincias, la tonelada de maíz está a 27.000 pesos, mientras que en Andresito se está comercializando a 40.000 pesos, haciendo que el valor del insumo sea mucho más caro y haya una diferencia importante en los valores”, expresó.

 

Asimismo, advirtió sobre el alza en los costos que hubo en los últimos meses, empujado por el encarecimiento en los valores de los combustibles.

 

“La suba en la logística está complicando y afecta de lleno a la actividad”, advirtió en diálogo con este matutino.

 

En este marco, una reciente publicación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda, por sus siglas en inglés) estima que para este año hubo una notable merma en las proyecciones comerciales de venta de maíz para este año.

 

Los últimos valores, correspondientes a la campaña 2021/2022 arrojaron una producción de 53 millones de toneladas, mientras que las exportaciones alcanzaron las 39 millones de toneladas.

 

Las estimaciones que realizaron desde Estados Unidos se ubicaban en 60 millones de toneladas en total.

 

Pese a este panorama, desde la Usda consideraron que la producción argentina de maíz se mantiene en índices “sostenidos”.

 

En cifras
$40.000

 

El valor que deben afrontar los productores de la zona norte de la provincia por una tonelada de maíz para alimentar a la hacienda.

 

 Las lluvias de marzo y abril trajeron alivio al sector

 

Enero y febrero fueron meses críticos en materia climática en Misiones por las altas temperaturas y el fuerte déficit de lluvias.

 

En tanto, marzo y abril trajeron un alivio en la tierra colorada, con lluvias que se ubicaron por encima de los parámetros normales para esos meses y permitieron revertir los efectos que trajo La Niña e incidieron en la producción local.

 

Según datos relevados por la estación agrometeorológica del Inta Cerro Azul, en el tercer mes del año se había registrado una caída de 359,7 milímetros durante todo ese período.

 

El número alcanzado fue 117 por ciento mayor al promedio mensual para un mes de marzo, que es de 165,2 milímetros. Esto quiere decir que cayeron 194,5 milímetros por encima de lo habitual.

 

En tanto, en abril, precipitaron 356,8 milímetros de lluvia. Así, este período fue aún más lluvioso si se tiene en cuenta que tendrían que haber caído 147,5 milímetros. Es decir, se precipitaron 209,3 milímetros por encima de lo proyectado.

 

Una característica que se observó en abril fue que en los primeros diez del mes había caído el 75 por ciento de las precipitaciones previstas para ese mes, registrándose jornadas en los que hubo un acumulado de 100 milímetros.

 

Por otra parte, según datos de la Oficina de Prevención Ante Desastres Naturales (Opad), en lo que va de mayo cayeron 50,6 milímetros, cuando el promedio mensual es de 138,2 milímetros. Es decir, hasta el momento precipitó el 36 por ciento de lo estipulado para el quinto mes del año.

 

De esta manera, según datos oficiales, en lo que va del 2022 el acumulado de lluvias es de 811 milímetros y durante el año debería precipitar 1.867 milímetros. El 2021 cerró con un déficit del 40 por ciento por la incidencia de La Niña.

Emmanuel  López del Valle