En dicho remate, se espera una importante participación de productores, repitiendo el éxito de los anteriores. El remate es coordinado por el IDERCOR, además están involucrados y tienen participación la Municipalidad de Goya, SENASA y la Secretaria de Agricultura Familiar de la Nación.

Pequeños y medianos productores ganaderos de Goya y localidades vecinas volverán a participar este miércoles 30 mayo en el predio de la Sociedad Rural, ubicado a 7 km al sur de Goya a la vera de la Ruta Nacional Nª 12, donde se combina un ambiente familiar, coordinando la presencia de otras entidades relacionadas con la actividad rural.

Al respecto ingeniero Cristian Vilas aseveró que “Estos remates generan al productor una evolución importante en la actividad, ya que tiene la oportunidad de intercambiar experiencias y ver el resultado de su trabajo, pero sobre todo porque les permite mejorar la rentabilidad de su esfuerzo de mucho tiempo y crea precios de referencia en las distintas categorías del animal”, concluyó Vilas.

El propio gobernador doctor Gustavo Valdés, junto al titular del IderCor (Instituto de Desarrollo Rural de Corrientes) Vicente Picó, presencian cada uno de los remates para observar de cerca la actividad y mantener un contacto directo con los beneficiados.

Sistema de Comercialización 

Estos remates forman parte del Sistema de Comercialización para pequeños y medianos productores ganaderos y que incluye el pago del flete, la comisión de la firma rematadora y el alquiler del predio donde se realiza, por cuenta del Gobierno provincial, con lo cual el productor obtiene el 100% del precio de venta de su hacienda.

La modalidad de remates para pequeños productores fue encarada desde la primera gestión del ex gobernador Ricardo Colombi y prosigue con todo éxito en la gestión de Gustavo Valdés para solucionar el problema de comercialización de pequeños ganaderos, que hasta entonces no contaban con precios de referencia al vender sus animales, por lo cual los compradores que acudían a su chacra al momento de la venta imponían las condiciones, el precio, el momento de entrega, la categoría y pago de cada operación, con las consecuentes pérdidas en la rentabilidad del pequeño y mediano productor ganadero.