Nacional, Thursday 17 de October de 2019

Desde el Departamento de Comunicación Institucional del Poder Judicial explicaron cuáles son las nuevas instancias legales de este delito que cada vez preocupa más dada su proliferación de casos

El grooming o acoso sexual virtual es un delito por medio del cual un adulto, ocultando tal condición, se vale de herramientas digitales, de manera de ganar la confianza de un niño, niña o adolescente (NNA), con el objetivo de atentar contra su integridad sexual.

En este marco, el autor del hecho se vale de aplicaciones o redes sociales donde genera la atención del menor, por medio de charlas, juegos y mentiras y de este modo logra que el menor realice acciones de índole sexual.

En tal sentido, el sujeto lleva adelante cualquier acción con el objetivo de atacar psicológicamente al menor y controlarlo emocionalmente, tratándose de una forma de acoso sexual infantil.

De tal forma, la víctima se encuentra en situación vulnerable de padecer traumas psicológicos como consecuencias de la manipulación que ejerce el adulto acosador.

Cabe mencionar, que el victimario oculta su identidad, edad, a través de fotos falsas o antiguas. Asimismo, logra simpatizar con los gustos de la víctima, en cuanto a música, deporte o ciertas predilecciones.

En tal sentido, el artículo 131 del Código Penal reprime la conducta de quien, contactare a una persona menor de edad con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la víctima, valiéndose del uso de tecnología de transmisión de datos.

De tal modo, el delito puede darse a través de cualquier medio digital que permita la interacción entre dos o más personas: redes sociales; correo electrónico; whatsapp; salas de chats; páginas de juegos en líneas.

A través de este artículo, comienza a barajarse la posibilidad de reconocer nuevos medios y herramientas como internet, redes sociales o aplicaciones, que en los últimos años se volvieron populares y por los cuales comunicarse con menores en aras de la corrupción de los mismos.

Por tal motivo, se recomienda a los padres mantenerse alerta de sus hijos en cuanto al uso que hacen de internet o de su celular, generando un espacio de confianza donde los mismos puedan plantear cualquier situación extraña, estando atentos a cambios bruscos de humor o conducta.