La memoria de las 14 estaciones llevó el lema "A tu Cruz Señor, unimos nuestro dolor".
Con la participación de miles de personas, religiosas, sacerdotes, grupos de jóvenes y diferentes organizaciones, el viacrucis inició a las 6 de la mañana en las puertas de la capilla San Ramón y, luego de recorrer más de 30 cuadras, finalizó en la ermita de Nuestra Señora de Schoensttad, en jurisdicción de la parroquia de Nuestra Señora de Itati.
En el camino, que representó el trayecto de Jesús hacia el calvario, fueron diversas intenciones y también oraciones por las personas que padecen el sufrimiento, enfermedades, el dolor cotidiano, la desilusión de la vida, las heridas interiores, las traiciones sufridas, la pobreza, la indigencia, el flagelo de la droga, los suicidios frecuentes y la falta de lo básico para vivir dignamente, las dificultades, los problemas, las crisis personales y la violencia social.
En cada una de las estaciones del viacrucis, con la lectura de la oración y la meditación bíblica, se invitó a participar a diversas comunidades, que acompañaron el camino de Cristo hacia su crucifixión, meditando cómo ese “Cristo sufriente habita en las personas que padecen realidades tremendas e hirientes”.
La Pastoral de Juventud, con la participación de los grupos de Confirmación, realizaron representaciones estáticas, muy conmovedoras. Una de las representaciones muy profundas y fuerte marco la imagen de la Virgen María acompañando a Jesús con la cruz, recordando así que no hay mayor consuelo para cualquier persona que sufre, que carga con esa cruz, que el abrazo de una madre. Y así lo hizo María, que acompañó a su Hijo en su camino hacia el calvario y nunca lo abandonó, permaneció junto a Él, al pie de la cruz hasta el fin.
En la escena de Simón el Cirineo, quien ayudó a Jesús a llevar la cruz, se destacó la enorme importancia que significa sostener y servir a los que en algún momento tuvieron que transitar el Evangelio del Dolor.
MONSEÑOR CANECIN
Al finalizar el Vía Crucis, monseñor Adolfo Canecin, obispo diocesano destaco: “Estamos acompañando a Jesús en este Viernes Santo que había dicho, cuando se elevado en alto atraeré a todos hacia mí”.
“Este Viernes Santo en el cual nos encontramos, con este profundo silencio, nos abramos a la contemplación y miremos la Cruz” animo el obispo Canecin.
“En la Cruz está Jesús. El eligió estar en la Cruz, nadie le quitó la vida, en obediencia al Padre y por amor a nosotros los seres humanos. Si queremos conocer el amor de Dios, miremos la Cruz” remarcó.
Como dice una canción “mira la Cruz, fue por ti, porque te amo” por eso, en este Viernes Santo “no nos cansemos de contemplar a Jesús en la Cruz. Experimentemos el gran amor de Dios manifestado en Jesús en la Cruz, eso puede transformar nuestra vida personal como transformó la Pascua de Jesús, la mayor parte de los calendarios de la humanidad” concluyó. –