La ciudad de Goya rindió homenaje a la creación y primer izamiento de la Bandera Nacional Argentina, símbolo de libertad, unión y compromiso, en un acto que reunió a autoridades, instituciones y vecinos.
La jornada, cargada de emotividad y reflexión, recordó el legado del General Manuel Belgrano, cuyo ideal de lucha constante por la libertad y la fraternidad sigue vivo en cada rincón del país.
Presidido por el intendente municipal de Goya, Dr. Mariano Hormaechea y presidente de la Asociación Belgraniana Goya, profesora Marisa Báez; Teniente Coronel Sergio Ortiz, Jefe del Batallón de Ingenieros Monte 12; 2do Jefe de Prefectura Naval Argentina, Subprefecto Marcelo Rigondi; 2° Jefe de la UR 2 de la Policía de Corrientes, comisario Jorge Domínguez; Jefe de la Comisaría 1°, comisario Matías Castillo; y el Comisario Mayor Carlos Quiroz, jefe del PRIAR y Banderas de ceremonia de establecimientos escolares.
El acto además contó con la presencia de la Concejal Susana Quiroz; el Secretario de Gobierno, Pablo Fernández; el Secretario de Desarrollo Humano y Promoción Social, Julio Canteros; el secretario de Producción, Valerio Ramírez; Director de Cultura Manuel Zampar, Director de Estadísticas Andrés Zajarevich, presidente de la Asociación Sanmartiniana, Virginia Coria, representantes de ABG, ACSG, integrantes de asociaciones y vecinos.
El solemne acto dio inicio en la plaza Plácido Martínez, donde se realizó el izamiento de la bandera a cargo del Dr. Mariano Hormaechea, el Teniente Coronel Sergio Ortiz y la profesora Marisa Báez. Durante la ceremonia, el Sargento Trompeta Daniel González, del Batallón de Ingenieros Monte 12, acompañó el izamiento con el toque ceremonial de trompeta y luego se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino.
PROFESOR JUAN IGNACIO CATTAY
Por su parte, el profesor Juan Ignacio Cattay ofreció un discurso recordando la trascendencia del primer izamiento de la bandera, resaltando que “la nación soñada por Belgrano se construye con acciones diarias y palabras que honran nuestro compromiso con la libertad”.
“El primer izamiento de nuestra bandera nacional, el 27 de febrero de 1812, constituye el símbolo de una nación independiente, soberana y madre de hombres y mujeres que han comprendido que la libertad se construye con el empuje de los pueblos que anhelan autonomía para escribir su propia historia, con una profunda mirada hacia el futuro y sin más interés que el bien común. El general Manuel Belgrano, preocupado por los problemas de la época en la que vivió, no renunció ni una sola vez a pensar en una Argentina unida, en la que se fomentara la industria, la agricultura, la protección del comercio, la navegación y el medio ambiente. Tampoco renunció a la educación de los pueblos, ya que consideró que, sin educación, no hay posibilidad de desarrollo, y de ahí su expresión: “fundar escuelas es sembrar almas”. El acto de enarbolar la insignia patria a orillas del siempre imponente río Paraná, testigo silencioso de innumerables sucesos de nuestra América, surgió de la necesidad de establecer una distinción entre las tropas argentinas y las españolas. Es por ello que, el 13 de febrero de 1812, el entonces coronel Belgrano solicitó al Triunvirato que declarara a la escarapela nacional como distintivo para diferenciarse de los enemigos. El 18 de febrero del mismo año, el Triunvirato envía un oficio informando la autorización del uso de la escarapela de color blanco y azul celeste. Más tarde, el 27 de febrero, Manuel Belgrano, al inaugurar las baterías 'Independencia' y 'Libertad', y ante las tropas que componían la guarnición a su mando, enarboló por primera vez nuestra emblemática Bandera Nacional. Cuatro años después, el Congreso de Tucumán aprueba la insignia patria, en julio de 1816. En términos simbólicos, el primer izamiento de la bandera argentina evoca el significado de una identidad que las naciones del mundo reconocen a los habitantes de este suelo americano y nos invita a reflexionar sobre la importancia que tiene su lugar en los espacios de uso público, en las instituciones educativas, de salud, gubernamentales y en los hogares de nuestro país.
Por lo expuesto, en este año del bicentenario de la elevación de Goya a rango de villa, se expresa la necesidad de revestir a la ciudad con los colores que nos dan identidad en cualquier parte del mundo, lo que nos permite reencontrarnos con nuestras raíces, aquellas que le han entregado tanto trabajo y responsabilidad a la construcción de lo que hoy llamamos nuestra ciudad. Es imperativo que, en la actualidad, al observar nuestra bandera en cualquier parte que sea, recordemos el comprometido accionar de quienes hoy son nuestros próceres, ya que al traerlos de vuelta a nuestro tiempo, tendremos la oportunidad de nuestros valores para saber qué tipo de sociedad queremos ser y qué queremos dejar a las generaciones venideras. Además, resulta importante sostener una visión de libertad que se construye permanentemente y que se profundiza mediante el trabajo en comunidad”.
La ceremonia concluyó con la emotiva entonación de la marcha “Mi Bandera”, dejando en claro que cada gesto y palabra contribuye a perpetuar los valores que definen a la Argentina.
Dirección de Prensa – Municipalidad de Goya.