La presencia de figuras del periodismo nacional en eventos populares del interior del país no solo prestigia a quienes los organizan, sino que también permite tender puentes entre distintas miradas sobre la realidad del país.
Ese fue el caso del reconocido periodista, criminólogo y docente universitario, Ignacio González Prieto, quien visitó recientemente la ciudad de Goya en el marco de la 48° Fiesta Nacional del Surubí.
Pero antes de sumergirnos en su experiencia en la fiesta más emblemática del litoral argentino, es necesario repasar el notable recorrido profesional de “Nacho” González Prieto, un hombre del interior que ha sabido conquistar espacios relevantes en los medios nacionales.
UN RECORRIDO POR TODAS LAS FACETAS DE LA PROFESIÓN
“Totalmente. Yo empecé a hacer un poco más este trabajo más dedicado al periodismo judicial y policial en un giro profesional de mi vida, donde ya tenía una trayectoria, una carrera, un camino hecho en distintos medios de comunicación, dedicado a todo”, contó el periodista.
Ese “todo” al que se refiere no es una exageración. En su voz resuena la experiencia adquirida a lo largo de años de trabajo en distintas áreas del periodismo.
“El otro día me preguntaban en la universidad los alumnos cómo había sido todo. En realidad, yo nací en el periodismo deportivo, después hice periodismo general, luego fui al periodismo político, volví al periodismo general. Me tocó hacer de todo: notas políticas, economía, espectáculos, deportes, internacionales. Trabajé de productor, coordinador, tuve en algún momento una jefatura de turno, cronista, movilero, columnista y conductor”, relató González Prieto.
“La profesión me ha dado la oportunidad de pasar por todos lados y uno termina encontrando su espacio y a partir de ahí puede desarrollar una carrera en lo que considera que es lo que mejor hace”, explicó con honestidad.
LA PASIÓN POR ENSEÑAR
Paralelamente a su labor en los medios, González Prieto ha construido una sólida trayectoria como docente universitario. Hoy dicta clases en distintas casas de estudio de Buenos Aires, compartiendo sus conocimientos con futuras generaciones de periodistas y criminólogos.
“Yo en este momento doy clases en la Universidad Nacional de Avellaneda. Ya estoy en la Licenciatura en Periodismo, en el último tramo de la carrera, donde doy una materia muy específica: Periodismo Criminal. Ahí se ven contenidos de criminología, criminalística, derecho penal y procesal. También doy clases de posgrado. Estoy en la escuela de posgrado de la Marina Mercante”, explicó.
Y no se detiene ahí. “Estoy arrancando ahora dentro de poco también en la Universidad de La Plata y también doy en el Instituto Argentino de Criminalística, que son los posgrados”, añadió.
UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE EN GOYA
En su visita a Goya, Ignacio se permitió dejar por un rato su rol periodístico y vivir la Fiesta Nacional del Surubí desde una mirada ciudadana, cercana, humana.
“Fue una experiencia muy linda porque me lo habían comentado muchísimas veces. Yo desde hace un tiempo encontré un grupo de amigos muy lindo en Goya y ellos me habían hablado del tema y se dio la oportunidad de un fin de semana largo”, relató.
El periodista se entusiasmó con todo lo que rodea al evento: la cultura, la gastronomía, la hospitalidad, el folklore. “Había como tentación varias cosas. Hay un buen asador en el grupo, hay chicos de Corrientes y Chaco. Se daba la posibilidad de poder participar de la largada de las lanchas, poder ir al festival, al predio, ver los recitales, compartir momentos con amigos... y la verdad que fue una maravilla. Me gustó muchísimo. Lo único que me perdí fue la noche de folklore. A mí me gusta mucho el tema de las peñas”, confesó.
Y agregó: “Lo pude disfrutar y ver realmente lo que es una fiesta popular en el interior. A mí no me sorprende nada porque yo soy del interior del país y reconozco lo que eso significa para el patrimonio: poder mostrar toda la cultura que tiene que ver con la música, el baile, los usos y costumbres, la posibilidad de abrir una comunidad para que llegue gente de otros puntos del país. Había paraguayos, brasileños, uruguayos. La verdad que fue algo muy lindo, muy recomendable”.
Ignacio también compartió su entusiasmo por la oportunidad de registrar en imágenes lo vivido. “Generé muchísimos videos y fotos para traérmelos a Buenos Aires y mostrárselo a la gente de acá. Les dije: “Che, mirá, en tal fecha, en Goya, provincia de Corrientes, hay una fiesta a la que hay que ir porque realmente es fantástica”.
UNA FIESTA DESDE OTRA MIRADA
Sin la presión del reloj ni la exigencia de una cobertura en vivo, González Prieto pudo disfrutar de cada rincón de la ciudad, sus sabores, sonidos y paisajes.
“Fui como una persona común, uno más, y la verdad que fue muy lindo. Encontrarte con la gente, poder conversar, compartir un mate, estar en un asado con amigos, ver cómo la gente estaba con su bandera argentina, banderas de Corrientes, algunos jugando con la localía de Goya... la pasión con la que preparaban las lanchas, cada familia con su silla, sombrilla, gazebo, su comida para consumir en la costa del río. Después, cómo se organizaban para estar en la feria, la plaza, frente a la catedral”, narró con entusiasmo.
Y el impacto económico de la fiesta no le pasó desapercibido: “Es un evento que realmente es muy positivo porque permite muchísimo turismo en la ciudad y eso se traduce en lugares de alojamiento. Vi hoteles, pensiones, departamentos, quintas, familias que alquilaron sus casas. El movimiento comercial en supermercados, almacenes, bares, cervecerías, pizzerías...”, remarcó.
Incluso mantuvo charlas con quienes viven el festival desde el transporte: “Conversaba con los remiseros de Goya y con los choferes de micros de larga distancia. Todos comentaban lo mismo: la importancia que tiene eso en el circuito económico de una comunidad. Abre puertas al consumo que se produce durante el festival, pero además genera un vínculo para que la gente quiera volver a la ciudad”, subrayó.
LO QUE MÁS LE IMPACTÓ
De todos los momentos que vivió, algunos lo marcaron especialmente. “Quedé muy impresionado cómo preparan la carne para la cena final de los pescadores. Es impresionante la cantidad de kilos de carne que prepararon y cómo estaban presentados los asados en estacas, increíble”, describió.
“También me impresionó mucho la largada de las lanchas, sobre todo las imágenes que hicieron desde algunos aviones, helicópteros y drones. Realmente es increíble”, agregó.
Y, aunque no pudo disfrutar del folklore como hubiese querido, no se quedó sin ganas: “Me arrepentí de no haber tenido una platea para sentarme cerca del escenario y disfrutar del espectáculo. El del folklore hubiera sido el que más me hubiera gustado ver de cerca. Lo miré desde atrás, parado y un poco más a la distancia, pero la verdad es algo muy lindo y muy recomendable”, concluyó.
UN VÍNCULO CON GOYA QUE VA MÁS ALLÁ DEL TRABAJO
Su relación con la ciudad correntina no es nueva ni casual. “Yo voy permanentemente a Goya y lo hago cada vez que puedo. Paso desapercibido. En realidad, voy a visitar a la gente de allá. Es una ciudad muy linda, con muchísimos lugares recomendables. Por ejemplo, Colonia Carolina me gustó mucho, no solo el pueblo, sino los alrededores, que son zona de quintas”, compartió.
Y recordó con afecto su estadía durante la cobertura del caso Loan: “Estuve 15 días en Goya y lo que más me sorprendió fue el cariño de la gente. Uno, cuando trabaja en Buenos Aires, no dimensiona lo que significa lo que nosotros podemos dar a través de un medio de comunicación”.
El afecto lo desbordó: “El cariño que me traje de Goya y de las ciudades de alrededor fue muy grande. No podía cerrar las valijas. Me regalaron cuadros, percheros, bufandas, pullovers, comida, materas, mates, adornos, cuchillos”, relató con asombro.
Y cerró con una anécdota entrañable: “Una maestra de una escuela rural me trajo un "bufandón". Tengo videos y fotos muy lindos de esa cobertura. Los chicos me regalaron muchos dibujos, nos sacamos fotos. Alquilamos una camioneta de un muchacho de Resistencia y esa camioneta estaba todos los días llena de comida”, recordó.
ENTRE BOCA Y EL SURUBÍ: LA ELECCIÓN MÁS DIFÍCIL
Antes de despedirse, Ignacio no pudo evitar hacer una comparación que revela cuánto lo marcó esta experiencia en Goya. Hincha confeso de Boca Juniors, admitió entre risas que en la actualidad se quedaría con la Fiesta Nacional del Surubí.
“Me parece que me quedo con la Fiesta del Surubí, por lo menos me dio una gran alegría. Boca me hace doler demasiado la cabeza. Empezando por Riquelme, era un excelente jugador, pero como dirigente deportivo junto con los que están, son realmente muy malos y le ha traído más problemas que soluciones. Me tiene un poco preocupado el Mundial de clubes, yo quería ir un poquito más armado para ver qué se podía hacer. Así que vamos a ver. Yo creo que se equivocó Riquelme, tendría que haber dejado a Gago hasta terminar el campeonato y no generar un cambio como el que se generó ahora porque es un problemón. Siendo primero en la tabla, saca el técnico, ahora Boca quedó segundo, le cambió el cronograma de partido rumbo a las finales”.
“El campeonato faltan muy pocos partidos para que se defina, en 40 días tenés el Mundial de clubes, no era el momento ideal”, finalizó González Prieto.