Pese al intento oficial de contener los aumentos salariales en el sector público, los senadores nacionales recibirán una suba acumulativa superior al 4%, con lo que sus ingresos brutos superarán los $9,5 millones mensuales.
El incremento se concretó tras el acuerdo paritario alcanzado por los gremios legislativos —liderados por Norberto Di Próspero de la Asociación del Personal Legislativo (APL)— y fue validado por los presidentes de ambas cámaras, Martín Menem (Diputados) y Victoria Villarruel (Senado). La mejora se compone de aumentos retroactivos del 1,3% para marzo, abril y mayo, aplicados en forma acumulativa.
El nuevo esquema salarial de los senadores, vigente desde abril de este año, se basa en un sistema de módulos: cada legislador percibe 2.500 módulos de dieta, 1.000 por gastos de representación y 500 adicionales por desarraigo. Con un valor actualizado del módulo en $2.376, el haber bruto supera los $9,5 millones.
Desde la vicepresidencia de la Nación y presidencia del Senado, Villarruel volvió a desligarse de la suba: “Es responsabilidad de los senadores”, reiteró, en referencia al pacto votado en el recinto que reinstauró la actualización automática. Cabe recordar que un decreto firmado por ella en enero había congelado las dietas hasta fines de marzo.
Con estos ajustes, los legisladores acumulan un aumento del 8% en lo que va del año, cifra que, si bien no alcanza la inflación acumulada del primer cuatrimestre (11,6%), supera las mejoras obtenidas por gremios clave como metalúrgicos, camioneros o empleados de comercio. Además, se suma un bono de $100.000 que se abonará en julio a los empleados legislativos.
El contraste con la actividad parlamentaria es llamativo: desde el inicio del período ordinario, el Senado solo sesionó tres veces. En esas ocasiones, no se sancionó ninguna ley. Solo se trató el rechazo a los pliegos de los candidatos a la Corte Suprema propuestos por el Ejecutivo, un homenaje al Papa Francisco, y el fallido intento de aprobar la Ley de Ficha Limpia.
En la Cámara de Diputados, en cambio, Martín Menem aseguró que no trasladará los aumentos del personal legislativo a las dietas de los diputados, pese al malestar expresado por algunos legisladores ante la creciente brecha salarial con los senadores.
Actualmente, los diputados perciben sueldos netos que rondan los $3,9 millones, sin contar adicionales por representación o desarraigo. La última suba que recibieron fue en diciembre pasado, cuando sus ingresos se ajustaron en base a un incremento del 6,13% acordado en 2023.
La disparidad de ingresos, la baja actividad parlamentaria y el contexto de ajuste general impulsado por el Gobierno vuelven a poner bajo la lupa los privilegios y beneficios de la clase política.
Fuente: Clarin