Nacional, Monday 20 de May de 2013

El hombre y el matrimonio... hay quienes dicen que son dos palabras difíciles de poner en una misma oración en estos días.

Si estás en el arduo proceso de hacer que tu novio se comprometa, tenemos buenas y malas noticias para ti, la noticia buena es que ya puedes olvidarte de tus tácticas de manipulación, de las palabras dulces, y de las presiones constantes. La mala noticia es que no hay nada que puedas hacer para acelerar el proceso.

 

No es que nunca vayas a llegar al altar, de hecho, los hombres se enamoran y se casan todos los días. No obstante, ellos tienen su propio reloj biológico interno, cuando ellos están listos, sienten la necesidad de casarse, y querrán llevar al altar a sus princesas, pero a su debido momento.

Mientras tanto, no es posible convencer a un hombre con fobia al compromiso de que eres lo mejor que le a pasado en la vida —incluso cuando lo seas—.

En cambio, tu mejor apuesta es buscar a alguien que no necesite ser convencido.

 

La serie Sex and the City una vez comparó al hombre listo para el matrimonio con un taxi: en determinado punto de su vida, él estará listo para el compromiso, el cartel de “disponible” o “libre” se enciende y al día siguiente hay un anillo en su dedo.

Para nuestra suerte, es sencillo diferenciar a un hombre que tiene encendida la señal de “libre” de uno que la tiene apagada, a continuación, Enplenitud te ofrece un listado con las señales para que puedas reconocer a un hombre listo para el matrimonio.

 

Sus días de parranda han terminado

Es así de sencillo: los escenarios típicos del soltero ya no resultan atrayentes para el hombre listo para casarse, de hecho, un hombre listo para el compromiso se sentirá fuera de lugar en bares, discos, y clubes nocturnos —todos sitios que alguna vez fueron sus favoritos—.

 

Carlos U, un técnico en computación de 30 años de edad sostiene que “por años pasé cada viernes por la noche en bares y clubes, sólo quería divertirme, fumar, y estar con chicas hermosas que no tuvieran intensiones serias.

Ahora, la idea de quedarme en casa y disfrutar de mi hogar me resulta mucho más atractiva”. Para Roberto F, hubo un momento de quiebre, el abogado de 39 años, recientemente casado, descubrió un día que ya no quería escuchar las conversaciones de sus acompañantes ocasionales una vez que había terminado de tener sexo.

 

Él es económicamente independiente

Los hombres tienen un reloj biológico, cuya manera de marcar el tiempo es diferente al de las mujeres.

Por lo general, la prioridad de un hombre pasa por conseguir la seguridad financiera antes de formar una familia, si él todavía tiene problema para hacer frente a sus gastos, entonces no tendrá muchos deseos de agregar una nueva carga a su vida —efectivamente, una mujer—.

 

Para ponerlo en pocas palabras, el hombre listo para casarse es un hombre maduro; alguien en quien se puede confiar. Él es capaz de comprometerse con su trabajo, y desde luego, con su familia y sus amigos.

En el plano romántico, aun cuando no se encuentre completamente listo para el matrimonio, al menos se mostrará dispuesto a discutir el concepto de compromiso.

 

Adriana, una contadora de 27 años del DF, dice: “He tenido dos tipos de hombres definidos en mi vida: artesanos y músicos que debían pedir limosna para llegar a fin de mes.

Sí, eran hombres calientes, muy calientes, pero siempre se suponía que yo debía pagar las salidas, y a la hora de hablar de compromiso, entrecerraban los ojos y abrían la boca como diciendo ‘¿de qué estás hablando?’.

Me he sentido muy miserable con ellos, tenía que cambiar algo”. Ese “algo” era el tipo de hombre, la próxima vez que Adriana fue a un club nocturno, intentó algo nuevo.

En lugar de buscar un baterista con no menos de diez tatuajes y abdominales marcados, ella conoció a un contador.

Posiblemente no tuviera ese cuerpo torneado y brilloso, pero sí tenía un corazón cálido y un empleo seguro, y lo más importante, tenía la necesidad de progresar. Ahora, ellos están planeando su casamiento.

 

Él descubrió que quiere ser padre

Él está listo para el matrimonio cuando se queda largos ratos observando a los niños y te sugiere que podrías tener hermosos hijos, por lo general, a la hora de tener hijos, el hombre quiere ser lo suficientemente joven como para poder enseñarles a pescar y a jugar al fútbol.

Efectivamente, la edad puede tener un gran efecto sobre la actitud de un hombre hacia el matrimonio, la mayoría de los hombres con estudios medios, no piensan en el matrimonio como una posibilidad seria hasta los 26 años de edad, de hecho, suelen entrar en la etapa de compromiso entre los 28 y los 33 años.

Por su parte, los hombres con educación universitaria —doctores, abogados, etcétera— alcanzan el pico de la fase de compromiso entre los 30 y los 36 años.

No obstante, una vez que un hombre soltero llega a los 37 años, las probabilidades de casamiento comienzan a disminuir, y después de los 43, posiblemente se quede soltero para toda la vida.

 

Desde luego, es posible que los deseos de matrimonio y paternidad se despierten tarde en la vida de un hombre. Christian J tenía 39 años cuando comenzó a pensar seriamente en la posibilidad de ser padre, el problema para este publicista de la ciudad de Buenos Aires, era que su novia de aquel entonces tenía dos chicos de un matrimonio anterior y no quería volver a quedar embarazada.

“En ese momento tenía dos opciones —dice Christian—: si me quedaba, tendría una buena relación y un futuro estable, si me iba, quién sabe si volvería a enamorarme de una mujer (y de una mujer que quisiera tener hijos)”. Finalmente, Christian se fue, un año después conoció a Paula, ahora están casados y tienen una hija.